¡Qué difícil es definir lo que se hace en la terapia para adolescentes! Me he sentido apasionada del trabajo con adolescentes desde el inicio de mi vida profesional. El adolescente pasa por una revolución física y psicológica, se da cuenta del impacto de su pasado, de sus miedos, de los conflictos a su alrededor o internos. Es también reconocido por la familia y entorno como con un enorme potencial para caer en desgracia o para cumplir con lo esperado de él, hay una presión social importantísima al respecto. La vivencia de sus emociones es dolorosamente intensa, todo es nuevo y al mismo tiempo, todo está construido y establecido (las reglas, el mundo). No me imagino una etapa más compleja para una persona, es como ver a un equilibrista armar un estabilizador mientras camina por el filo de un abismo y en el trayecto alegremente juega con el viento. Vale la pena que tengan los mejores elementos para su estabilizador, fuerza para continuar, confianza en sí mismos para que no paren y pierdan el equilibrio, así como también, es necesario que tengan una red lo más fuerte y cercana posible.
– Psicóloga Esther Solís
Un pre-adolescente y adolescente se enfrenta a un cambio impresionante, una verdadera revolución interna que lo impacta a nivel biológico, psicológico y social. Para el adolescente hay una mudanza de cuerpo, comienza la búsqueda del sí mismo, el miedo al rechazo por los iguales es intenso y se establece un momento de lucidez con respecto a las reglas, a las incongruencias sociales, a las injusticias y errores de la cultura, la sociedad, la instituciones, la escuela y los padres. Aparece un deseo de romper con lo preestablecido y construir un camino propio y original.
Y es precisamente por la complejidad de la etapa que el trabajo con los adolescentes es tan delicado y único. No hay una “adolescencia” sino infinitas adolescencias como hay adolescentes, cada uno diferente, cada uno con una historia, con sus propios miedos, incongruencias, rasgos de personalidad e historia de lo que vivieron en la niñez.
Es también en esta etapa en donde se reactivan problemáticas infantiles, aparecen muchos de los trastornos mentales más intensos y los rasgos de personalidad comienzan a afianzarse de forma paulatina para quedarse de por vida.
A través de pláticas con el adolescente e intercalando técnica de juego (dependiendo de la necesidad de cada caso), entrevistas con los padres y realizando intervenciones a nivel familiar, la terapia para adolescentes puede ir desde un acompañamiento para ayudarlo a sortear una parte de la etapa, hasta trabajar de forma directa problemáticas internas, familiares o escolares a las cuales el adolescente se esté enfrentando.
Aislamiento social, depresión, irritabilidad excesiva, comportamiento errático, conductas de riesgo (sexualidad o consumo de sustancias), falta de control de los impulsos, dependencia excesiva frente al grupo de amigos, bullying, dificultades académicas, reactivación de conflictos no resueltos durante la niñez pueden ser algunos de los motivos para que se solicite una cita para realizar terapia para adolescentes